Por nuestra soberanía...

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...nunca dejemos en el olvido a nuestros excombatientes...a nuestras Islas

Para conocer a los verdaderos responsables...

Para conocer a los verdaderos responsables...
...por favor...nunca más...

TRABAJO PRÁCTICO MALVINAS: Material para tercer año

Les comparto el link para descargar la presentación en donde se aborda el concepto y la lógica del MAPEO COLECTIVO, punto importante del Trabajo N°3.
Para visualizarlo, haz click aquí.

domingo, 11 de abril de 2010

Glosario 1810 - 1816

A continuación presentamos un Glosario de palabras que, como podrán ver, tuvieron que ver con los hechos, situaciones y el desarrollo que se vivieron en ese período, tan particular y desicivo para el porvenir de nuestro territorio: el Río de la Plata. El mismo se presenta año a año y detalla brevemente cuál es la importancia del concepto, grupo, personaje o hecho para nuestra Historia.

Fuente: Sitio Oficial del Bicentenario

1810

Regimiento de Patricios: nació el 15 de septiembre de 1806, con motivo de la primera invasión inglesa al Río de la Plata. Como a los otros cuerpos urbanos formados, se le concedió el privilegio de elegir a sus propios oficiales. Fue el teniente coronel Cornelio Saavedra el primer jefe del Regimiento, y Manuel Belgrano fue electo sargento mayor. Su Cuerpo estaba compuesto por nativos de la capital del virreinato. Tuvo su bautismo de fuego el 5 de julio de 1807 defendiendo Buenos Aires durante la segunda invasión. Luego de la exitosa defensa se constituyo en la fuerza más poderosa de Buenos Aires. El Regimiento de “Patricios” estuvo presente en las jornadas de mayo de 1810 asegurando la ejecución de la voluntad criolla en aquellos días que culminaron con la constitución de la Primera Junta de Gobierno. Sus tres Batallones dieron origen al Ejército Argentino cuando la Primera Junta dispuso su creación el 29 de Mayo. Desde aquel momento participó en las jornadas decisivas de la guerra por la independencia (Suipacha, San José, Las Piedras, Montevideo y Tucumán), bajo las órdenes del General Belgrano.

Primer Gobierno Patrio (Primer Junta): El 25 de mayo de 1810 se conforma el primer gobierno patrio (conocida como La Primera Junta), presidido por Saavedra y acompañado por los secretarios y doctores Moreno y Paso. Entre los vocales se encuentran Belgrano, Alberti, Azcuénaga, Castelli, y los comerciantes Larrea y Matheu. El Partido de la Independencia domina la Junta.

La Revolución en el Interior: En el Interior, Córdoba es la primera en alzarse contra la revolución. Las autoridades (el intendente y el obispo), las milicias locales y el ex Virrey Liniers deciden resistir. El 20 de junio juran lealtad al Consejo de Regencia. La Junta envía una expedición con la orden de ejecutar a los cabecillas. El 8 de Agosto la expedición dirigida por Antonio González Balcarce llega a Córdoba. La resistencia es esporádica e ineficaz. Los dirigentes serán fácilmente apresados y fusilados en Cabeza de Tigre, camino a Buenos Aires. Mueren allí el Intendente Gutiérrez de la Concha, el Coronel Allende, y el ex Virrey Liniers, hasta hace no mucho aliando del Partido de la Independencia. Este duro desenlace, consolidará la revolución en todo el interior.

La Revolución en el Norte: Las tropas revolucionarias que acaban de asegurar el nuevo orden en Córdoba y Salta parten al Alto Perú. El 7 de noviembre de 1810 los criollos revolucionarios se hacen con una victoria en Suipacha, que les permite proyectar su poder en Alto Perú. El la primera victoria en la historia del ejército argentino. El 25 de noviembre, Juan José Castelli, vocal de la Junta y auditor de la guerra en reemplazo del moderado Vieytes, entra en Potosí. Su gravitación en la revolución del Alto Perú será importantísima: busca ganar nuevas adhesiones a la revolución arbitrando entre grupos sociales y étnicos, favoreciendo a los criollos contra los peninsulares y ofreciendo la innovación radical de la emancipación del tributo y los servicios personales a los nativos. A largo plazo, la política indígena duramente cuestionada por los criollos de clase alta, facilitaría sin embargo la creación de focos de resistencia tras la línea realista que debilitaría mucho la capacidad ofensiva de los ejércitos del rey. Entre estos focos de resistencia, el más destacado fue el de las Amazonas de Juana Azurduy. El ejército revolucionario descubrió pronto que no estaría en condiciones de avanzar más allá de Desaguadero. El 20 de junio de 1811, los realistas propinan una derrota total al ejército patrio en Huaqui. El Alto Perú estaba totalmente perdido. Viamonte dirige la retirada hasta Salta. Allí lo reemplazará primero Pueyrredón y finalmente Belgrano. Belgrano recibe los restos de un ejército. La rebelión de Cochabamba le permite reorganizarlo. Sofocada ésta, los realistas avanzan hacia el sur. Belgrano se retira llevándose consigo toda la riqueza trasladable y una parte de la población de Jujuy. El 3 de septiembre, en las Piedras, los revolucionarios obtienen una inesperada victoria. Belgrano, desobedeciendo las instrucciones que le imponen retirarse hasta Córdoba, decide resistir en Tucumán. El 24 de septiembre obtiene una nueva victoria en Campo de las Carreras. Las fuerzas realistas se refugian en Salta. El 20 de febrero de 1812 el ejército patriota vence en Salta a las fuerzas realistas. Luego de la victoria Belgrano y San Martín comienzan a plantear la necesidad de adoptar una estrategia defensiva, golpeando al enemigo en forma indirecta, y evitando así el desastre de la confrontación directa. Sin embargo, la lógica ofensiva prima en Buenos Aires. Belgrano, obedeciendo, envía a la vanguardia de su ejército que sin problemas controla Potosí. El 1 de octubre de 1813, tras 27 horas de combate, las fuerzas de Belgrano son vencidas en Vilcapugio. Belgrano se propone defender el dominio de Potosí. La batalla de Ayohuma termina en un desastre total. Belgrano se retira a Tucumán y los realistas toman Salta, para establecerse finalmente en Cotagaita. San Martín reemplaza unos pocos meses a Belgrano en el Ejército del Norte. Con la salida de San Martín llega al generalato Rondeau. En enero de 1815 el nuevo comandante toma la ofensiva. El resultado es un nuevo desastre: el 29 de noviembre de 1815, en Sipe-Sipe, el ejército revolucionario es nuevamente deshecho y el Alto Perú nuevamente ganado por el poder realista. A partir de esa derrota, la revolución decide adoptar la estrategia de San Martín: es el fin de las ofensivas en un teatro en dónde parece imposible alcanzar una victoria.

Las Amazonas: Juana Azurduy formó y adiestró a un escuadrón único en la historia de las guerras por la independencia latinoamericana. Una fuerza combativa conformada por mujeres nativas, a las que su jefa denominó “Las leales”. Juana recorrió los ayllus convocando voluntarios para unirse a la lucha por la independencia y por la libertad, convenciendo a los hombres y a muchas mujeres, que luego constituyeron el cuerpo de amazonas, armados de hondas, palos y flechas. Junto a Manuel llegaron a reunir diez mil soldados. Los Padilla Azurduy se presentan a fines de 1811 ante el general Belgrano, que entendió que eran dos valiosos colaboradores y los integra a sus fuerzas. Cuando las guerrillas fueron aniquiladas, Juana se dirigió al sur, a encontrarse con Güemes que la recibió con gran admiración y le asignó funciones de mando como teniente coronela, con uso del uniforme, como jefa de la rebelión contra los españoles y en mérito a su labor por la independencia.

1811

El triunvirato y la concentración del poder político: La guerra revolucionaria obligará a la Junta a renunciar a la idea de presentarse como heredera más bien que como adversaria del antiguo régimen. Se tratará en delante de la creación de un nuevo orden. Dentro de la Junta, el promotor de este ideario jacobino es Moreno. Desde la Gaceta de Buenos Aires, Moreno ofrecerá una teoría y una línea política para la revolución. Una teoría basada en los principios de la democracia, tal cual la revolución francesa y el contrato social de Rousseau habían explicitado. Una política basada en la renuncia a toda ilusión sobre la provisionalidad de los enemigos, orientada hacia la lucha, y con una concepción de avanzada sobre el orden social. Los jefes militares, en particular Saavedra, serán partidarios de una idea más tradicional, moderada y ordenada de revolución. Esto creará una escisión en la Junta. Un pequeño incidente el 19 de octubre de 1810 hará estallar el conflicto. Moreno hace aprobar un decreto de supresión de honores del presidente, que no sólo despoja a Saavedra de esas honras, sino que hace que la comandancia militar deje de ser unipersonal y recaiga en la Junta. La reacción de Saavedra no se hace esperar. Con la alianza de los diputados del interior, convoca a la Junta Grande, que nace el 18 de diciembre de 1810. Los diputados del interior tienen por jefe al cordobés deán Gregorio Funes. La nueva Junta decide enviar a Moreno a una misión diplomática a Europa, en el curso de la cuál morirá antes de llegar a destino, en un episodio confuso. A continuación, la Junta es depurada: French y Beruti son detenidos, Belgrano es enviado a juicio. Esta serie de maniobras irregulares crean un problema de legitimidad, que es además agravado por las derrotas en el Alto Perú. Entre el 12 y el 19 de septiembre de 1811, una agitación viva domina Buenos Aires. Comienza a circular en las calles un petitorio que reclama un Cabildo Abierto. Saavedra es desterrado. El 22 de septiembre se produce la concentración de poder: se constituye un Triunvirato, integrado por los diputados Feliciano Antonio Chiclana y Juan José Paso, y el más votado de los apoderados del pueblo, Manuel de Sarratea. El 7 de noviembre, después de una tensa relación, el Triunvirato disuelve la Junta. Los triunviros tienen como primera tarea normalizar el clima de los regimientos que han sido el sustento militar de la Junta. Para ello, ponen a Belgrano al frente del primer regimiento de Patricios, que se subleva ante la tentativa de imponerle disciplina. Vencida la sublevación, una reforma militar amplia termina por diezmar el poder de estas milicias urbanas que han dominado la escena política desde 1807.

La Revolución en el Este: En el Este está Montevideo, la preocupación principal del gobierno revolucionario. Allí está instalada una guarnición naval realista que posee supremacía en esa técnica militar. Montevideo controla así los ríos y bloquea a Buenos Aires. La Banda Oriental se transforma en la amenaza más seria a la revolución.
A comienzos de 1811, los españoles toman una decisión que tendrá exactamente el efecto contrario al buscado: solicitan la validez de los títulos de propiedad de los campesinos, con la intención de amedrentarlos, pero con el resultado de crear un profundo malestar en las áreas rurales. En este contexto, en enero de 1811 José Gervasio Artigas, capitán de los Blandengues se fuga de Colonia para ofrecer sus servicios a la revolución. A su mando, el 26 de febrero de 1811 el grito de Asencio da comienzo a la revolución oriental. La ciudad realista enfrenta a la campaña revolucionaria. Se produce el gran éxodo del pueblo oriental, como muestra de descontento: las cuatro quintas partes de la población de la campaña se retiran a Entre Ríos.
En diciembre de 1813, Buenos Aires decide dar disputa por el dominio de los ríos a los realistas apostados en Montevideo. El secretario de Hacienda, Juan Larrea, encarga a su amigo, el comerciante norteamericano Guillermo Pío White, que compre naves y pertrechos. Logra reunir así siete buques con 98 cañones. Se preparan además unos seiscientos hombres. Al frente de ellos estará Guillermo Brown, un irlandés marino. El 15 de marzo de 1814, la escuadra revolucionaria toma la isla Martín García. El 15 de abril bloquea Montevideo. El 16 y 17 de mayo obtiene la victoria decisiva del Buceo. El sitio naval se refuerza ahora con el sitio terrestre. Alvear llega de Buenos Aires con quinientos refuerzos y reemplaza a Rondeau. El gobernador realista Vigodet se muestra dispuesto a negociar. Alvear le exige rendición. Esta se firma el 20 de junio de 1814. Montevideo ha dejado de ser la amenaza realista incrustada en el corazón mismo del Río de la Plata. Sólo queda ahora encontrar una fórmula definitiva para Artigas.
Buenos Aires vuelve a optar por el camino de afirmar su supremacía. La respuesta es entonces guerra interna. Artigas, establecido en Belén (Misiones) lanza su fórmula política: la Confederación de Pueblos Libres. Rápidamente gana el apoyo de Entre Ríos y Corrientes. Artigas es declarado protector de los Pueblos Libres. En 1815, la idea artiguista gana un aliado estratégico clave: Santa Fe. Córdoba le sigue. Igual de importante, la Banda Oriental se torna artiguista. Alvear intentará una última solución militar contra la disidencia del litoral. Envía para ello a las fuerzas nacionales comandas por Álvarez Thomas. Éste se subleva el 13 de abril de 1815 en Fontezuela. Abre negociaciones con Artigas. El 15 estalla una revolución en Buenos Aires. El 17 Alvear renuncia y se exilia en Inglaterra.

1812

La Sociedad Patriótica: Desde enero de 1812 se viene reuniendo la Sociedad Patriótica, dónde se concentran morenistas, y que tiene como portavoz al carismático doctor tucumano Bernardo Monteagudo. Se conforma como un verdadero club revolucionario francés. Primero a través de la Gaceta (suprimida por orden de Rivadavia), luego a través de Mártir o Libre y Grito del Sud, La Sociedad lanza una crítica abrumadora a la tibia y moderada política oficial.

La Logia: Desde fines de 1811 se viene avanzando en la creación de un ejército profesional, al influjo de la presencia en Buenos Aires de San Martín, Alvear, y otros oficiales regios. Estos oficiales, organizan una logia en Buenos Aires: la Logia Lautaro. La Logia se pondrá como objetivos mejorar la suerte militar de la revolución a la vez que influir en el gobierno local para transformarlo en un mejor servidor de los intereses de la revolución. Este doble objetivo los aproxima naturalmente con la Sociedad Patriótica, dando origen a una nueva alianza de poder.

1813

La Asamblea del Año 13: El propósito era proclamar la independencia y redactar la Constitución del nuevo Estado. Las divisiones impidieron ambas tareas. No obstante, durante esta Asamblea se establecieron una serie de resoluciones institucionales importantes: se estableció el escudo nacional argentino; se dictó la libertad de vientres de las esclavas; se eliminó el sistema de mayorazgos y títulos de nobleza; se libró a los indígenas de la obligación de pagar tributo; se mandó a acuñar la moneda nacional; se abolió la inquisición y la práctica de la tortura; se puso fin al tráfico de esclavos.

1814

El Director Supremo, Alvear y la Patria Chica: La alianza entre la Sociedad Patriótica y la Logia en torno al Triunvirato se quiebra con la ruptura de la unidad al interior de la Logia. La tendencia que reconocía como inspirador a San Martín, y que estaba cercana a los objetivos originarios (patria grande – guerra externa), se enfrenta con la de Alvear, que veía en la Logia un instrumento para ser utilizado y confinado en el estrecho margen geográfico del Río de la Plata, renunciado a la intensificación de la lucha revolucionaria fuera de Buenos Aires, al tiempo que se limitaban los objetivos revolucionarios (patria chica – negociación externa). A lo largo del 1813 y 1814, las victorias de la segunda tendencia son innegables. Así, Alvear toma la iniciativa en 1814 de proceder a la concentración del poder. El Triunvirato deja paso a un Poder Ejecutivo Unipersonal. La Asamblea elige para ocuparlo a Gervasio Antonio Posadas, tío de Alvear. Alvear se transforma en la figura dominante del régimen: el 9 de enero de 1815 es elegido nuevo Director Supremo. Su enfrentamiento con el Partido Federal del Litoral, bajo el liderazgo de Artigas, terminarán por disolver su poder político. La fórmula que patrocinó, “patria chica y negociación”, como bien le había sugerido San Martín, se plasmaría como patria chica – guerra interna. Así, Alvear terminó por generar dos frentes de guerra, una externa con los realistas, y otra externa con aliados naturales como el Partido Federal del Litoral. Asimismo, su idea de patria chica consolidó la fragmentación de las fuerzas revolucionarias, y debilitó su poder de negociación internacional. El 17 de abril de 1815 Alvear parte al destierro y la Asamblea se disuelve.

1815

El Congreso de Tucumán y Juan Martín de Pueyrredón: Pueyrredón enfrentará una serie de situaciones irresueltas altamente complejas: la disidencia del litoral y la amenaza realista en el norte, en el contexto de la restauración de Fernando VII. En este contexto general, el nuevo Director Supremo asume un compromiso de avanzada: en su camino a Buenos Aires se entrevista en Córdoba con San Martín. Ambos han sufrido la postergación del Alvear. Allí, Pueyrredón se compromete a apoyar la campaña del libertador americano. Para ello, Pueyrredón se incorpora a la resurrecta Logia. Surge así una nueva política revolucionaria. Los éxitos militares del nuevo régimen son considerables: el nuevo gobierno logra encerrar la disidencia del litoral federal en su litoral originario. Pueyrredón logra además mitigar las diferencias cada vez más profundas entre el interior y Buenos Aires, diferencias acentuadas por Alvear, y que están en la raíz histórica del anti-porteñismo emergente. Las reformas en las intendencias introducidas en 1814 (que crean cuatro en el interior: Salta, Tucumán, Córdoba y Cuyo) ofrecen un marco para que sectores de arraigo local sean integrados en la fórmula política. El 9 de Julio de 1816, ante el pedido de San Martín, el Congreso de Tucumán declara la Independencia. No es el único logro del Congreso. El mismo, asegura el retorno de la Rioja al Gobierno Nacional. Es un nuevo pacto de gobernabilidad que otorga poder y autonomía a las provincias, un germen antecedente de federalismo. Córdoba le sigue a la Rioja, y abandona la liga artiguista. Así, liderazgos emergentes establecen un nuevo pacto de gobernabilidad nacional: San Martín en Cuyo, Güemes en Salta, Funes en Córdoba, y Aráoz en Tucumán. La independencia no logra resolver el problema de la forma de gobierno que queda postergada. El Congreso se traslada en 1817 a Buenos Aires para cumplir mejor sus funciones de auxilio y asesoramiento. El Gobierno de Pueyrredón sufrirá sin embargo de la antipatía porteña. Una nueva modalidad política emerge en la capital: una campaña de chismes e insidias, que tiene por origen las tertulias whig de la casa de Sarratea, con la animación de su hermana doña Melchora, desarrollará una intensa y sutil campaña de desgastamiento del gobierno porteño. En 1818 y 1819, el régimen parece quebrarse como consecuencia de sus esfuerzos: la guerra ha desgastado el aparato productivo, y la legitimidad empieza a desvanecerse. Pueyrredón renunciará el 9 de junio de 1819.

1816

Güemes y los Infernales: el 22 de marzo se firma el Pacto de los Cerrillos, por el que el Gobernador de la Salta Güemes, es aceptado como legítimo por el gobierno nacional. Desde Mendoza, San Martín celebra el desenlace como la victoria más importante de la
larga batalla. Desde ahora, Güemes, que impone en la clase alta salteña el costo de la guerra, se entiende admirablemente con el Congreso y el Directorio. El caudillo salteño, apodado el Artigas del norte, desempeñará una función esencial. Con los recursos de su provincia, apoyados con moderados auxilios del gobierno central, será responsable de defender contra los realistas el punto cardinal del Río de la Plata revolucionario. Güemes, que se reúne con San Martín en 1814, adopta su estrategia defensiva. Cada año, a partir de 1817, Salta conocerá una invasión realista, y cada año esa invasión terminará con una resistencia victoriosa y con la retirada de las fuerzas españolas. Güemes utiliza para ello guerrillas gauchas que se refugian en la campaña y aíslan la ciudad.

La Revolución en los Andes: desde 1814 San Martín había advertido la esterilidad de los intentos de ofensiva que buscaba quebrar directamente la resistencia realista en el Perú. Juzgaba posible en cambio reforzar la revolución chilena que agonizaba, para unir los recursos del Río de la Plata y Chile y atacar directamente, por mar, el núcleo mismo del poder español en Lima. San Martín encontró finalmente en Pueyrredón el interlocutor que no había encontrado hasta entonces. En 1814, los jefes de la revolución chilena se refugian en Mendoza. Es la oportunidad que esperaba San Martín, entonces intendente de Cuyo, marginalizado por Alvear. En la rivalidad de los revolucionarios chilenos, San Martín define una alianza con el moderado Bernardo O’Higgins en desmedro de los jóvenes y radicales hermanos Carrera. A partir de entonces, comienzan tres años de preparación. A lo largo de ello se forma el Ejército de los Andes. En 1815 el nuevo ejército cuanta con 1634 infantes, mil jinetes, más de doscientos artilleros y diez cañones. El gobierno central no censura la empresa, pero se interesa poco por la misma contribuyendo escasamente con recursos. San Martín no se da por vencido y adopta una estrategia de maximizar los recursos locales. En Mendoza se vuelve a fabricar pólvora y piezas de artillería. En San Luis se confeccionan los uniformes. El ganado y la cabalgadura se compran localmente. Los recursos financieros provienen también de la economía local, poniendo el peso en los peninsulares. Todo este esfuerzo San Martín lo hace sin afectar la economía local, condición de su legitimidad. En 1817 comienza el cruce de la cordillera, con la estrategia que San Martín llama guerra de zapa, destinada a alarmar el enemigo y a impulsarlo a preparaciones defensivas inadecuadas. Así, San Martín abruma al enemigo con falsas noticias, utilizando al máximo la ventaje que significa poder elegir el lugar del ataque a través de una extensa frontera, mientras el defensor debía necesariamente dispersar sus fuerzas a lo largo de ella. Finalmente, el ataque se lleva a cabo sobre la línea más obvia (la de menor distancia entre Mendoza y Santiago de Chile, por el camino de Uspallata), pero contempla expediciones secundarias en varios frentes, con la intención de retardar la reunión de las fuerzas realistas. San Martín lleva el arte de la guerra a un punto de perfeccionamiento técnico desconocido en el Río de la Plata. El 12 de febrero de 1817 San Martín dirige un doble ataque contra la línea central realista en la Cuesta de Chacabuco. O’Higgins ataca por el frente y Soler lo hace por el costado. Los patriotas americanos se llevan una victoria total. Los realistas se retiran al sur. Allí transforman el Puerto de Talcahuano en un campo atrincherado. El fuerte es reforzado con la alianza realista con los araucanos y con la expedición venida de Alto Perú. A partir de ello, los realistas toman la ofensiva y fuerzan a las fuerzas revolucionarias a retirarse hasta Santiago. Allí se desatan el 24 de marzo de 1818 las Jornadas de Maipú. La victoria de los patriotas es nuevamente total, y tiene el efecto de persuadir a los realistas de la inutilidad de nuevas incursiones desde el Alto Perú. Chile es ahora revolucionario. Con esta victoria, San Martín comienza a preparar la empresa peruana. La misma requiere en primer lugar de una marina. Desde noviembre de 1818 lord Cochrane –un noble irlandés de carrera naval- se encuentra en Valparaíso como almirante de la flota chilena. En febrero de 1820 Cochrane logra el más importante de sus éxitos, tomando el puerto realista de Valdivia. Fracasa en cambio para tomar Chiloé. San Martín se avoca a la organización de las fuerzas expedicionarias. Dos veces se rehúsa ante el pedido del gobierno central de Buenos Aires a volver sus fuerzas contra la guerra civil del Río de la Plata. Para él, la guerra debía de ser externa. En marzo de 1820, el poder central se derrumba. San Martín presenta ante su ejército la renuncia. El 2 de abril en Raconcagua, los oficiales del ejército de los Andes, declaran que se rehúsan a elegir sucesor: “la causa de la investidura no es la autoridad caída, sino la salud del pueblo que es inmutable”.

viernes, 2 de abril de 2010

1820: La Felíz Experiencia - Reformas (Parte 1)

En la última presentación del tema, nos dedicamos a introducirnos en el contexto en el que se dan las primeras medidas de lo que se conoció como la "Felíz Experiencia",período de apogeo de la Provincia de Buenos Aires para 1820. En esta instancia, abordaremos las reformas concretas que tuvieron lugar en aquel entonces e intentaremos conocer sus consecuencias.
Veamos qué proponían las reformas más significativas.



En primer lugar, podemos decir que se hallaban todas aquellas medidas que, directa o indirectamente, contribuían a la formación y consolidación de la nueva clase ganadera a la que nos referíamos al inicio. Así abordaremos la política de fronteras, que incorporó las tierras hasta las sierras del Tandil o la seguida que implico la distribución de esas tierras mediante el sistema de enfiteusis, que como veremos, aseguraba bajos costos y evitaba los riesgos de especulación. También se entregó a los hacendados en control del aparato policial, judicial, militar y hasta electoral de las respectivas zonas de influencia mediante el establecimiento de los jueces de paz, los comisarios y el sistema de milicias. Y aquí podemos ver una medida doblemente efectiva: entregar el control a los hacendados y, a la vez, disciplinar a la masa de gauchos en la labor de la mano de obra rural, que necesitaba esta misma clase ganadera. Entre ellas tenemos las medidas que directamente hacían a la formación de esta nueva clase.
En segundo lugar y de igual forma, también se dieron otras que “estaban dirigidas a crear un marco Institucional propicio para la expansión de esta clase” . A continuación abordaremos detalladamente cada una de ellas.
En noviembre de 1821 fue aprobada la Ley de reforma militar que pretendía reducir un gasto y reorientar las fuerzas militares a nuevas metas. Establecía expresamente que los oficiales que tuvieran entre cuatro y veinte años de antigüedad se retiraban con la tercera aparte de su sueldo; los que tuvieran entre veinte y cuarenta, recibirían la mitad y con más de cuarenta años, recibían la totalidad de su sueldo. A cada oficial retirado se le entregaba el equivalente a veinte sueldos, en títulos del recién creado Crédito Público del Estado. En virtud de esta Ley, fueron retirados 250 oficiales. Entre ellos, algunos de los más renombrados de la oficialidad revolucionaria. Podemos creer que de esta manera se intentaba poner trabas y límites a miembros con posibilidad de levantarse y reclamar, lo que presentaría un riesgo para el orden que se pretendía. De esta manera lo que logró la reforma, fue crear un grupo de oficiales retirados muy disconformes y con dificultades económicas en varios casos. Así ya encontramos a un grupo de adversarios del gobierno. Pero veamos algo interesante. Esta reforma también tuvo su repercusión desde otros puntos de vista. Con el saneamiento del ejército, el nuevo gobierno sí lograba efectivamente reducir un gasto militar importante. Como el ejército se había reducido por la reforma, eran insuficientes las tropas y se debió agregar al ejército regular cuerpos milicianos, urbanos y rurales. Dirá Romero que “los primeros raramente se reunieron; pero la necesidad de la lucha y vigilancia en la frontera obligó a recurrir a las milicias rurales” . O sea, se conseguía recuperar fondos militares a costa de la baja, pero a pesar de ello se conseguía fortificar el resguardo de la frontera, y así el resguardo de los intereses de la clase terrateniente, con este ejército de milicianos. De este modo la reforma militar, como ya lo anunciábamos, cumplía varios fines: aliviar el presupuesto provincial, destinaba la tropa al cuidado de la frontera y así, a través del fortalecimiento del aparato de las milicias, se daba una fuerza importante al cuidado de los intereses de los hacendados.
Pero por otra parte, este beneficio, podemos decir, “por partida doble”, también implicaba un nueva política exterior cuidadosa, que impidiera a la provincia verse envuelta en nuevos conflictos bélicos.
Seguidamente, para llevar adelante la reforma administrativa el principio en el que se basó el Estado, se construyó sobre la idea de la centralización del poder en el gobierno suprimiendo “los cuerpos privilegiados que se movían separadamente dentro del mismo Estado”. Dentro del cuerpo de estas “reformas administrativas” se eliminaron, según esta premisa, magistraturas como el Cabildo, se reformó la Justicia con la abolición del Consulado, se creó un sistema de enseñanza pública, se fomentaron las artes, la ciencia y la cultura y se llevó adelante la Reforma eclesiástica, suprimiendo varios conventos y secularizando a los regulares. Veamos a continuación cómo se implementaron cada una de ellas.
A partir de la instalación de la Sala de Representantes, los Cabildos ya estaban destinados a desaparecer. Ambas instituciones no podían convivir juntas, ya que se sabía que esta convivencia no se daría sino en un marco de permanente conflicto, aunque no se manifestó ningún tipo de oposición ante la medida. Ni siquiera desde los miembros del Cabildo. “Sólo algunos cuestionamientos en el interior de la Junta intentaron evitar una medida tan drástica” (BIB 4 – p170)
Pero veamos otra cuestión que tiene que ver con la eliminación del Cabildo, medida que contó con la influencia de esta Sala por supuesto. Goldman dirá que “la rivalidad entre los cabildos y las Salas no derivó exclusivamente en la superposición de jurisdicciones, sino en el hecho de ser dos instituciones de naturaleza histórica diferente. Mientras el Cabildo era expresión del status de la ciudad, de acuerdo con el ordenamiento comunal hispánico, la legislatura representaba con carácter de ciudad o campaña, a la nueva entidad política `provincia`” . Podemos decir que con la transformación se abolían nos antiguos privilegios coloniales, pero se legitimaban otros nuevos. Ahora no habría Cabildo que podía cuestionar la autoridad constituida y menos Cabildo Abierto que podía desordenar y movilizar al pueblo. Otra razón de peso era que el Cabildo se organizaba desde la ciudad y no había representatividad para la campaña.

Continuará...

Bibliografía consultada en esta sección:

AAVV, Unitarios y Federales, Hyspamérica, Buenos Aires, 1987.

El Argos, Buenos Aires, abril de 1821 en Historia Visual de la Argentina, Capítulo 42 - “La Guerra contra el Brasil”, Clarín, Buenos Aires, 1998.

Historia Visual de la Argentina, Capítulo 42 - “La Guerra contra el Brasil”, Clarín, Buenos Aires, 1998.LOBATO, MIRTA, SURIANO, JUAN, “Nueva Historia Argentina”, Atlas Histórico, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1998.

TERNAVASIO, MARCELA, “Las Reformas rivadavianas en Buenos Aires y el Congreso General Constituyente (1820-1827)”, en GOLDMAN, NOEMÍ (Cdra.), “Nueva Historia Argentina”, Tomo III – Revolución, república, Confederación (1806-1852), Capítulo V, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1998.



martes, 9 de marzo de 2010

Historia Argentina - Periodo 1880 – 1916

Introducción:

Entre 1880 y la Primera guerra Mundial, la Argentina experimento un periodo de progreso sin igual. Y comenzó con la Presidencia de Julio Argentino Roca. Y nació lo que se dio a llamar la "Argentina Moderna". La generación del 80´ plasmó un modelo de país agro – exportador, liberal y positivista. Este crecimiento vertiginoso del país fue la consecuencia de su incorporación al mercado internacional como productor de materias primas, pero en especial estaba vinculado al comercio ingles. En tanto que el alud inmigratorio "que venía a hacer la América" fue integrándose paulatinamente a todas las clases sociales. La mayoría se fundió con los estratos más bajos de la sociedad donde comenzaba a despuntar el naciente proletariado Industrial. Otros, inclinados a las actividades agropecuarias, terminaron por configurar las alternativas de la "pampa gringa", en tanto que una minoría de enriquecidos integró una Oligarquía de nuevo cuño, menos elitista que la tradicional, llamada a tener influencia en los futuros acontecimientos políticos.
La incorporación al proceso social de un sector de obreros, producto de la incipiente industrialización, hacían oír sus reclamos. Esta "cuestión social", en consonancia con el impacto producido por la ideas traídas por los inmigrantes, se reflejaba en los periódicos (algunos de inspiración socialista y anarquista) y en intentos de organización sindical cuyas bases eran todavía demasiado endebles como para conmover la estructura del gobierno.

Pero además el Régimen conservador impidió la participación democrática. Esta situación abrió una brecha entre la sociedad y el sistema político. Finalmente el conflicto entre el Oficialismo y la oposición culmino con la Ley de Sufragio Universal en 1912.
Entonces como se puede ver esta etapa fue muy importante en la historia Argentina, y la iniciadora de todo lo que vendría. Por eso vale la pena hacer una pausa en ella y analizar sus puntos más resaltantes. En este Trabajo lo que se quizo lograr fue una especie de resumen de esta etapa, separándola en tres grandes grupos: La Sociedad, La Economía, y la Política.


1. Economía ; 2. Sociedad ; 3. Política ; 4. Conclusión ; 5. Bibliografía

1. ECONOMIA
El modelo agrario exportado: El propósito era asegurar la juridicidad y el progreso.
A partir de 1880 impusieron el modelo de desarrollo económico para el país basado en las exportaciones crecientes de la producción agropecuaria de las praderas templadas de La Pampa. Se produjo una transformación de la sociedad argentina. A su vez se fue organizando un régimen político oligárquico.
La economía comenzó a organizarse como complemento de la economía industrial europea, y particularmente inglesa. Esto formaba parte del auge de la economía capitalista mundial. La economía mundial produjo cambios en la organización de producción, en la sociedad y en la política. Se lo denomina así por que el sector productivo más importante fue el agrícola-ganadero. Las Carnes, fueron el factor dinámico del desarrollo. Pero los motores del crecimiento económico fueron los ferrocarriles y los frigoríficos.
Características:

* La dependencia económica del mercado externo: centros industrializados europeos tuvieron poder de decisión sobre la organización de la producción Argentina.
* El latifundio como unidad de producción agropecuaria: Casi toda la producción destinada a la exportación, se obtenía en grandes propiedades rurales de la región pampeana.

* La intervención del Estado tuvo un papel decisivo para el funcionamiento del modelo. Lo más importante era, garantizar la libre circulación de bienes capitales, favorecer la expansión de la red de transportes y otras obras, facilitar la puesta en producción de las nuevas tierras de frontera, estimular la inmigración extranjera para obtener fuerza de trabajo, y organizar un sistema jurídico y monetario.


* La participación de capitales extranjeros: Obras que facilitaban el transporte y la comercialización de los productos argentinos en el mercado internacional.
La inmigración extranjera: Entre 1857 y 1914, del saldo inmigratorio neto de 3.300.000 personas, se radicó en la región pampeana, pero solo 1/4 (800 mil) quedaron en las zonas rurales.

* Desequilibrio regional: Las regiones del país, las economías extra pampeanas, cuyas producciones no se destinaban al mercado internacional, comenzaron a depender de la economía pampeana. Este fue el caso de la producción de azúcar en Tucumán y de vinos en Mendoza, destinada al abastecimiento del mercado interno.
Los terratenientes exportadores, se fueron constituyendo en el grupo de capitalistas agrarios, y actuaron asociados con capitalistas extranjeros.


Producción agropecuaria:
En 1874, Argentina importaba trigo, en 1880, las colonias agrícolas abastecían totalmente el mercado nacional, y a fines de siglo hubo un excedente de trigo.
La expansión de producción de cereales comenzó con la expansión de la línea de la frontera y el avance del FF.CC. incorporó más tierras para cultivo. Mano de obra por inmigrantes que llegaban.
El gobierno, tomó medidas para favorecer el desarrollo agrícola. En 1890, técnicas para que mejorarlo. Las empresas comercializadoras de cereales, tendieron a la concentración y llegaron a formar monopolios. Después de 1890 se expandió. Tuvo lugar en un período en que los precios internacionales de los productos agrícolas tendían a bajar. Pero, el volumen físico de las exportaciones aumentó y compensó la tendencia descendente de los precios.

Crisis de 1890:
Sus causas son: La caída del precio de los productos que se exportaban, el endeudamiento por créditos externos, las emisiones continuas del papel moneda y la perdida de valor del signo monetario. El historiador "Jose Panettri afirmaba que el país compraba más de lo que vendía y delo que podía pagar. Además vendía barato y compraba caro. La crisis afecto el crecimiento económico general y la capacidad de consumo. Numerosos comercios y empresas fueron a quiebra. Comenzaron importantes movimientos de huelgas ante el aumento del desempleo. Luego el sistema Bancario se declaro en Bancarrota y cayeron vertiginosamente las acciones en la Bolsa.

La introducción de técnicas y maquinaria agrícola: Nueva tecnología para las exportaciones, debido a la escasez de mano de obra, a fines de siglo se avanzó la tecnificación de esta labor agrícola.

La ganadería impulsa a la agricultura: La exportación de vacunos a Gran Bretaña -1895- tuvo importantes efectos en la producción agrícola. Bs. As. , comenzó a extenderse en un sistema de cultivos combinados. Terratenientes - sistema de arriendo. Poner en producción tierra virgen, recaían sobre los arrendatarios.

La cuestión agraria:
No habían tierras para explotación. Los terratenientes aumentan los precios. En esos años, los arrendatarios tenían dificultades para lograr su subsistencia y cumplir con el contrato. Hay una crisis para ellos y para los comerciantes de la campaña. Y en 1912, entran en huelga. También pedían demandas. Los terratenientes piden al gobierno que arregle esta situación, y termina. Conciliación = fracasa

Los cambios en la ganadería:
A mediados de siglo la producción de ganado vacuno sufrió una disminución de la demanda, y los productores invertían menos en el mejoramiento.

La producción vacuna para el mercado internacional:
En 1895, comenzó la exportación a Inglaterra. Y en los primeros años del siglo, se cambió por carne congelada mediante el frigorífico, favoreció al aumento del volumen de carnes, debido a que hizo disminuir el porcentaje de carne que se echaba a perder en los cargamentos. La demanda aumenta. Mejoran a los animales. Esto produjo enfrentamientos entre productores ganaderos y empresas industrializadoras, por el precio de venta del ganado.

Transformaciones de la producción industrial:
La expansión de las exportaciones de productos agropecuarios tuvo un fuerte impacto sobre la producción industrial del país. Hizo posible la instalación de las primeras plantas fabriles modernas, pero acentuó la decadencia de las industrias artesanales de las regiones extra pampeanas.

Expansión agropecuaria y nuevas industrias:
Instalación de industrias que procesaban materias primas destinadas a la exportación. También se desarrollaron industrias dedicadas a producir los insumos requeridos por la producción agropecuaria o por los sistemas de transporte.
La gran expansión agro exportadora produjo un aumento general de los ingresos de la población, y esto tradujo en un aumento de la demanda de diferentes bienes de consumo durables y no durables.

2. SOCIEDAD: Los sectores populares y la elite tradicional
La inmigración extranjera:
Últimas décadas del siglo, hubo transformaciones en la sociedad argentina. Crecimiento de población, por llegada de inmigrantes de Europa, para mejorar sus condiciones de vida (venían a hacerse la América). 1869 12.1%, 1914 30.3%

La localización de los inmigrantes: Los obstáculos para acceder a la tierra
Entre 1870 y 1929, llegada de 6 millones, y radicación de 3. La producción agropecuaria estaba muy bien, pero los inmigrantes no lograron transformarse en propietarios de tierras en zonas rurales, porque las mejores tierras para la producción ya estaban ocupadas y eran de terratenientes. Llegaban con capital escaso. Pero la demanda de trabajadores para tareas agrícolas tenían un carácter estacional. Esto después de 1880, fue distinto a antes, los primeros colonos se convirtieron en propietarios de colonias agrícolas.
Bs.As. y Rosario, ofrecían mejores posibilidades para inmigrantes. Podían trabajar en talleres industriales en Bs.As. , a fines de siglo. Pero muchos quedaron sin trabajo, o no eran mano de obra calificada, y se empezaban a ver mendigos en las calles en condiciones insalubres.
La Población urbana superó a la rural. No por industrialización, sino por desarrollo de comercio de exportación y la llegada de inmigrantes. Generalmente: Litoral y provincia de Bs. As. Provenían, en un 80% de lugares pobres (España e Italia).

Sectores populares urbanos:
En la Capital, residían familias de mayor poder económico y político - la elite -, dueñas de las mejores tierras y enriquecidas por el auge agro exportador. También, un n° de profesionales, de empleados administrativos y de trabajadores del sector de servicio - comercio, educación, transportes-, cuya expansión también se debió al negocio de la exportación, formaban los sectores medios urbanos. Sus posibilidades de mejoría económica y progreso social estaban ligados a la marcha exitosa del modelo agro exportador. Desde fines de siglo, crecía una masa de trabajadores, de talleres manufactureros y gremios de la construcción. También los trabajadores de las nuevas actividades económicas y de las industrias relacionadas con la expansión de las exportaciones agropecuarias. Era la clase obrera argentina. Los inmigrantes que no pudieron trabajar en el campo fueron trabajadores asalariados que conformaban la clase obrera urbana. Los inmigrantes con algún recurso, o con un oficio, formaron la clase media. Hijos de inmigrantes obreros lograron ascender, por una carrera profesional, o por un cargo de administración pública. Entre esos dos sectores había una cercanía. Una franja de la sociedad, que compusieron los sectores populares urbanos.

El conventillo:
Eran lugares baratos, donde vivían los inmigrantes. Y fue un negocio para comerciantes que compraban el lugar y lo vendían. Hubo un aumento de estos "albergues", entonces se van del centro, y se ponen a edificar en lotes en zonas más alejadas.

Ley 1420:
Los Hijos de los inmigrantes pudieron mejorar la suerte de sus padres gracias a la enseñanza primaria que se convirtió en la llave del ascenso social. En 1884 fue sancionada la Ley 1420, de educación laica, gratuita y obligatoria, que contó con el apoyo de la oposición liberal.

La elite tradicional:
400 familias. Se identificaban diferentes del resto de la gente prestándose como representantes de la nacionalidad. En 1880, con la expansión económica esta se amplió. Aparecieron nuevos sectores de comercio de exportación comerciantes, financieros y banquistas.

3. POLÍTICA: La organización del régimen oligárquico
La democracia restringida:
A partir de 1880, orden político: Régimen oligárquico. La oligarquía era la clase gobernante. Democracia oligárquica restringida. No participaba la sociedad.

El fundamento ideológico del régimen oligárquico fue: El orden y el progreso; basado en el POSITIVISMO.

El funcionamiento del sistema de gobierno Oligárquico:
Control de acceso a los cargos de gobierno y a la administración: La clase gobernante elegía a las personas más aptas para ocupar los cargos. El presidente elegía al nuevo presidente.

El fraude electoral:
A partir de 1880, la clase gobernante mantuvo las reglas de la democracia política. El Sufragio era Voto voluntario y no secreto. Si elegían a la oposición se podía llegar hasta morir. Había Voto colectivo (concurrencia de un gran nº de votantes de un mismo partido), repetición del voto y compra de sufragios, y para completar cada partido echaba mano de los nombres de ausentes y muertos.
Estaba en el padrón gente de acuerdo con el gobierno.

El unicato:
Desde 1880, se profundizó el proceso de concentración del Poder político, alrededor del partido oficialista. El presidente buscaba remover a gobernadores no leales. Se llamó unicato a esa fuerte concentración del Poder político, en el presidente. Después de Celman, en 1890, aunque Roca asumió a la jefatura del PAN, los presidentes que se sucedieron acentuaron la tendencia centralizadora de la autoridad en su persona.

La consolidación del régimen oligárquico: El liberalismo conservador
Fue un régimen liberal y conservador. La clase gobernante propuso leyes e impulso obras con ideas liberales.
El avance de la secularización en las políticas del gobierno originó enfrentamientos con la Iglesia Católica y con los católicos que asumieron a su defensa.
Sin embargo, la clase gobernante mantenía la restricción de los derechos políticos de los ciudadanos. El sistema de gobierno impuesto por la oligarquía fue conservador porque mantuvo cerrados los canales de participación política a sectores muy amplios de la población, porque compartía la idea de que el sufragio universal significaba el triunfo de la ignorancia universal.

La generación del 80:
Conjunto de hombres que tuvieron a su cargo la dirección económica, política y cultural del país entre el 80 y 90.
Era un grupo porque compartieron un conjunto coherente de principios e ideas fundamentales que convirtieron en objetivos de las acciones de gobierno que llevaron a la práctica. Se caracterizó por la organización de la economía y la sociedad. Se diferenciaban dos aspectos:
Político: legalizar el poder y paz duradera.
Económico: Se hizo a partir de lo político. Promover el desarrollo de recursos materiales: libre cambio, que puso el acento en la atracción de los inmigrantes y los capitales extranjeros, para integración de mercados mundiales y la producción de zonas cultivables. Expansión y perfeccionamiento de la producción agropecuaria y su integración en el mercado nacional. Intensificaron y aceleraron las líneas de la política ya trazada: más inmigración, nuevas líneas férreas y nuevas inversiones de capital extranjero.

Positivismo: garantía del progreso.
El Positivismo Argentino se inspiró en el Darwinismo. El Positivismo ofreció respuestas a los Problemas planteados por los que se dio en llamar la irrupción de las multitudes en la historia Argentina. El concepto que se tenia de multitudes era el de una fuerza fenomenal, pero carente de inteligencia y raciocinio. Esto se dio en toda A. Latina; Donde la ciencia logró constituirse como la forma dominante de conocimiento, y sus avances intentaron explicar las desigualdades Sociales. Llego a implementarse la frase: "El Gobierno de los Aptos". Donde se consideraba aptos a los ricos o grandes terratenientes.

Las Consecuencias políticas de la crisis económica de 1890:
El sistema oligárquico se basaba en la pasividad política de la gente. Dependía de la continuidad de la expansión económica.
Los problemas financieros afectaron niveles de ingreso, pusieron en crisis la estabilidad del gobierno y favorecieron la organización de la oposición política sobre nuevas bases. Conformación de la Unión Cívica, formada por quienes estaban excluidos del gobierno (Jóvenes universitarios, hijos de comerciantes o de propietarios de tierras. En 1885, hubo una inflación que resulto beneficiosa para los del negocio de exportación, como los terratenientes, también colonos, comerciantes y transportistas; pero perjudicial para los que dependían de ingresos fijos. De 1887 a 1889 hubo huelgas. Entonces, la oposición política ganó confianza e inició una revolución con el objetivo de derrocar al gobierno.

La Revolución del 90:
La aguda crisis económica (antes nombrada en la Parte Económica) que sufrió argentina, afecto al país y desencadeno los conflictos políticos latentes.
Unión Cívica, en oposición. Convencía a la gente, y la situación del gobierno se agravó, porque algunos grupos del Partido Autonomista Nacional se retiraron consideraban que el poder había caído en manos de "niños irresponsables", como calificaban a los sotenedores del presidente. El Presidente de gobierno era Celman. La Unión Cívica y El PAN comprendían que la inflación favorecía a los productos agropecuarios, creaba condiciones negativas para las inversiones de capitales extranjeros, que eran necesarios para el desarrollo de la actividad rural. Pero, no estaban de acuerdo con los objetivos políticos que debía tener el movimiento contra el gobierno.
Hubo enfrentamientos muy importantes, y el 26 de julio de 1890 los grupos políticos disidentes integraron la Unión Cívica y protagonizaron la Revolución del Parque donde murieron alrededor de 250 personas y hubo mil heridos. Esto provoco la renuncia de Juárez Celman, y asciende su vicepresidente Pellegrini con el objetivo de restablecer el poder de la clase gobernante. Se prolongó hasta el 95.

La crisis del régimen oligárquico:
Luego del 90, bienestar económico. Plano político no había cambiado. Roca y Mitre para definir sucesiones = personalismo. Partidos políticos. Entre 1890 y la 1°Guerra Mundial el grupo gobernante no encontró una solución política adecuada a las transformaciones económicas y sociales. 1912, nuevo sistema electoral, la oligarquía conservadora, comprobó que la adhesión era minorista.

La nueva oposición política: la Unión Cívica Radical
1890: la Unión Cívica se fundo como una nueva organización política. En 1892 por algunas diferencias: se dividió en dos líneas opuestas: Unión Cívica Nacional y Unión Cívica Radical.
La primera propuso un acuerdo con el gobierno. La segunda se orientó a la intransigencia.
En el interior de la UCR se debatieron dos tendencias: la obstencionista - no participar en las elecciones, y lo contrario, la concurrencista. 1891 a 94 algunas victorias. 1893, movimientos revolucionarios. Enfrentamientos entre radicales, hasta 1904, que asume Yrigoyen e impuso la línea de la abstención y la impugnación revolucionaria.
Rev. Radical, no triunfó. Advirtió los riesgos de mantener por mucho más tiempo la restricción del sistema político y de que la oposición social se uniera a la oposición política. Participación política de sectores excluidos. Un poco de temor.

La UCR: el primer partido político moderno:
Estructura institucional de los partidos políticos norteamericanos = los candidatos a elecciones eran elegidos por los delegados del partido = permitió la incorporación de actividad política a un sector de la población que hasta entonces no podía participar en ella. Durante muchos años los cargos de dirección de la UCR era ocupado por personas que por su origen pertenecían a familias oligárquicas. Entonces, en su oposición, construyeron una organización partidaria más abierta que la de adversarios. Logró la adhesión de mucha gente.
Doctrina e ideología se trataba de un ataque moralista a la oligarquía y a la demanda de un gobierno representativo. 1905 en adelante, no hacía cambios en la organización del país. Este dato fue tenido en cuenta por los reformadores de 1912.

La organización política de los sectores populares:
Habitantes no participaban en vida política, después de 1890 aparecieron muchas organizaciones y asociaciones integradas por los sectores obreros y populares de la población de los principales centros urbanos.

La asociación de inmigrantes:
Estas asociaciones se multiplicaron a fines del siglo XIX, reunían extranjeros de la misma nacionalidad, se definieron como socorros mutuos, y su objetivo era brindar ayuda al inmigrante. Y además tenían como función mantener vigentes costumbres y tradiciones del país de origen (dialectos, bailes típicos, etc). Estas organizaciones funcionaron como espacios de Negociación política. Se adherían a partidos políticos como el PS en capital federal, y la Liga del Sur en Santa Fe.

Las organizaciones de trabajadores y la fundación del partido socialista:
El trabajo de obreros fracasó, hasta que en 1901 se forma la Federación Obrera Regional Argentina y fundaron la Unión General de Trabajadores. En 1896, sobre la base de diversas organizaciones obreras de la capital Federal y del Interior, Justo fundó el Partido Socialista. Defensor de los intereses de los proletarios, de acuerdo con los principios fundamentales de la doctrina marxista. Por esto, se enfrenta con la UCR. Este y la oligarquía querían llegar y carecían de capacidad para afrontar los problemas económicos y sociales.
Anarquismo, socialismo y sindicalismo en los orígenes del movimiento obrero argentino

Economía: apoyo el modelo agrario exportador, pero querían cambiar la distribución de riqueza.
Política: reivindicaciones obreras obtenidas.
Socialismo: apoyo de obreros más antiguos o especializados, pero no logró el apoyo masivo de sindicatos, nuevas organizaciones obreras que se multiplicaron en los primeros años del siglo XX, integrado por numerosos obreros extranjeros.
Anarquismo: Se enfrentaron a PS denunciando que las reformas graduales eran una traición a los intereses de la clase obrera. Proponían la acción directa y revolución para mejoras y beneficios inmediatos/as. Movimiento importante.
Sindicalismo: concentró sus esfuerzos en lograr objetivos específicamente económicos. Propusieron utilización más efectiva del arma de huelga acentuando la necesidad de coordinación, planificación y oportunidad, y exigieron a los diputados socialistas un mayor compromiso con los obreros. Importante apoyo. Como estos gremios estaban en el comercio de exportación, tuvieron un poder de negociación mayor que la de los anarquistas.

La respuesta a la oposición política: una apertura parcial:
1902. Funcionamiento de una minoría opositora = ampliar la participación política, sin poner en riesgo el mantenimiento del sistema de gobierno oligárquico. Ley, representó ventajas sobre el sistema electoral anterior. Se hizo por los distritos electorales. Modificación consistió en dividir cada uno de ellos en tantas regiones, como diputados por elegir. Fueron elegidos algunos hombres de la oposición.

La respuesta a la oposición social: reforma legislativa y represión:
1910 pico de huelga de obreros. Represión del gobierno. Soluciones medias. Entonces propone Roca la ley de reforma laboral. Mejor ley. A partir de 1904, se fue aceptando. Pero la huelga siguió.

Ley Sáenz Peña: hacia la democracia ampliada:
Hecha por la UCR. Consistía en el voto secreto y obligatorio y un nuevo sistema de sufragio; y la confección de un nuevo padrón electoral. Se sancionó en 1912. 1916 asciende Yrigoyen. Primer gobierno no conservador.

4. CONCLUSIÓN:
Como se pudo ver a lo largo del informe este periodo en la Argentina fue de grandes transformaciones en la dimensión política, económica social y cultural del país. Donde resalta la incorporación de la economía argentina al mercado mundial, el aporte inmigratorio europeo y el fortalecimiento del estado. Sin duda esta monumental transformación marco el inicio de la Argentina Moderna.

5. BIBLIOGRAFÍA:
1. Historia: La edad contemporánea. La argentina de 1831 a 1982. Editorial AZ.
2. Ciencias Sociales- Historia 8 (Ema Cibotti). Editorial AZ
3. Historia 3 – Editorial Kapeluz.
4. Hitoria de la Argentina Contemporánea – Editorial Santillana.
5. Historia – Argentina y el Mundo Contemporáneo

martes, 16 de febrero de 2010

1820: La Felíz Experiencia - Introducción

Abordaremos las transformaciones que fueron resultado de las reformas que se dieron, en lo que se conoció en Buenos Aires como la “Feliz Experiencia”. Veremos que esta “experiencia” se dará en un escenario bastante desalentador. A las calamidades internas que se vivían en el interior de la región, se sumaba también el ataque del indio en los límites de la frontera y el de las montoneras del caudillo Ramírez, cuya entrada a Buenos Aires era siempre inminente. Para la elite porteña, la crisis del año 20 había cerrado una triste etapa. Sus aspectos negativos, como la lucha facciosa y la creciente participación de los sectores populares, vinculados al desorden y la barbarie, debían ser eliminados. Había que establecer y ordenar otro tipo de ámbito político, propicio para lo que prometía ser un gobierno administrador. Esa era la preocupación de los principales dirigentes del Partido del Orden. Y en su nombre ya vislumbramos desde donde pretendían llevar adelante sus acciones políticas.


Caído el Poder Centra, Buenos Aires no tiene ataduras ni obligaciones de compartir sus rentas. Así se dará en la provincia una base material que se dará por el ascenso de la clase terrateniente al plano político.
En el inicio, dedicaremos algunas palabras a dos cuestiones previas al abordaje concreto de las reformas: uno, el Tratado de Benegas y luego, quiénes serán los motores de esta “nueva administración y gobierno”.
En primer lugar, nos referiremos a acontecimiento de suma importancia que nos permitirá apreciar la necesidad del gobierno de Martín Rodríguez de pacificar no sólo la situación interna, sino también la relación con el Litoral. En esta situación de inestabilidad y crisis interprovincial, el 24 de noviembre de 1820 se firma el Tratado de Benegas que establecía la paz entre Buenos Aires y Santa Fe. Éste no estipulaba nada preciso sobre la forma de gobierno, pero sí fue un buen puntapié inicial que dio lugar a la modificación de las relaciones interprovinciales al convertirse santa Fe en aliada de Buenos Aires. Como consecuencia de esa alianza se puso fin a varios años de guerra civil, sucedidos por un período de paz y orden que permitió la consolidación de nuevas estructuras provinciales, como un claro ascenso de la clase terrateniente. En casi todas las provincias se crearon y organizaron nuevas instituciones y relaciones. Pero algo importante: todavía no empezaba la dinámica de reformas que caracterizan a la "Feliz experiencia"
De esta manera, podemos decir que el gobierno delineó un programa bastante ambicioso, desde tres pilares: paz, progreso y civilización. Pero, ¿quiénes participaban de este gobierno? Aquí el segundo punto que nos proponíamos: el Partido del Orden.
Esta facción, que contaba con el apoyo de los altos sectores, reconocía la importancia de los problemas administrativos así como la necesidad de orientar los gastos del Estado y evitar el déficit fiscal . Este grupo, “heterogéneo en su origen” , intentaría ordenar el “caos” producido y para ello reunirá a un grupo de la elite bonaerense empeñado en un plan de reformas que intentaban modernizar las estructuras de la provincia en varios aspectos. Poseía los recursos antes absorbidos por la guerra de independencia y por el reparto del principal ingreso fiscal a través de los derechos de aduana de Buenos Aires. Este partido ascenderá al poder de la mano del electo Martín Rodríguez, que será acompañado, como Ministro de Gobierno, por Bernardino Rivadavia, que se había convertido en el hombre “indispensable para hacer efectivas ideas que tienen todo el apoyo de la opinión pública” .
La obra que Rivadavia inicia en la provincia, bajo este régimen, tiene desde un principio un carácter netamente nacional. Como veremos, la reforma eclesiástica, militar, la reorganización administrativa, la reforma educacional y la económica, “están concebidas teniendo presente su aplicación en un futuro más o menos inmediato en el orden nacional” . “Afortunadamente vamos establecido un sistema de hacienda sabio y calculado, reglada la aduana por principios liberales y protectivos, garantidas las propiedades y restituida la confianza pública”, expresaba Juan Cristóbal Anchorena en una nota al Ministro de Hacienda, el 20 de mayo de 1822 .
Por otra parte, a partir de esta nueva organización, la Clase terrateniente va a estar muy ligada al Estado. Ligada al poder económico y social, más concretamente, en estos tiempos jugará un papel fundamental ya que tendrá intereses particulares que la determinarán como elite, o sea logrará una referencia casi total al poder político relacionada a los que mandan u organizan. Esto se da de tal manera, que en los momentos más complejos de estas épocas, los que más orden necesitaban y reclamaban, eran los miembros de esta clase que mencionamos. Dirá Romero que “la expansión ganadera sentaba, efectivamente, las bases de un verdadero proyecto provincial, mientras que la existencia de un sector social sólidamente arraigado y en plena expansión permitía, en definitiva, el afianzamiento de un Estado estable, encargado de aplicar todas aquellas medidas conducentes a la concreción del proyecto nacional” . Y de hecho así fue, como hemos dicho, este proyecto provincial que intentó sentar el Partido del Orden, no descansaba en la provincia de Buenos Aires solamente. Las aspiraciones de Rivadavia y su grupo intentaban lograr, repetimos, cambios con vistas a escala nacional. Incluso dentro de su influencia liberal que lo caracterizaba, pensaba que un gobierno republicano y representativo era la base de la civilización del país . Desde la lógica del liberalismo, creía que la propiedad y la seguridad encaminaban la libertad. Enarbolaba la bandera del progreso y su ética política así lo demostraba.
También aparecerá un actor de suma importancia a nuestro criterio. La Junta o Sala de Representantes jugó un papel fundamental como “segundo poder de la provincia”. Éste tenía atribuciones cada vez mayores, ya que elegía al gobernador, aprobaba presupuestos y tenía inferencia en todos los asuntos trascendentes de Estado. Así, frente a un país que se había empobrecido y anarquizado, Buenos Aires intentaba constituirse como una excepción desde la paz y el progreso. “La paz interior es de gran importancia para la felicidad de nuestra provincia”, ya decía Rivadavia en aquel entonces.
A continuación, pasaremos a abordar el tema concreto que nos convoca en este capítulo: las reformas que implementa el Ministro Rivadavia en la Provincias de Buenos Aires. Con la gobernación de Martín Rodríguez, que comenzó el 26 de septiembre de 1820, se dio inicio a un período, que como recordamos, se conoció como “la Feliz Experiencia”. En este proceso estaban involucrados personas e instituciones que proclamaban la primacía de los intereses locales. El periódico oficialista El Argos ya decía para entonces que este régimen volvía a dar “aliento al agonizante espíritu público” , y avivaba también “el interés de la provincia por el nuevo orden de las cosas” . Entre los principales objetivos de la obra de gobierno podemos mencionar: institucionalización de la provincia, obtención del reconocimiento de independencia por la comunidad Internacional y asegurarse su desarrollo económico por medio de inversiones de capitales extranjeros. No olvidemos que la clase alta que apoyaba este “orden”, tenía intereses y vínculos bastante estrechos con el extranjero, especialmente con Gran Bretaña. En resumidas cuentas, las reformas que se implementarán tendían a establecer un Estado moderno dentro de los límites de la provincia. Veamos qué proponían las reformas más significativas.
Continuará...

Bibliografía consultada en esta sección:

AAVV, Unitarios y Federales, Hyspamérica, Buenos Aires, 1987.

El Argos, Buenos Aires, abril de 1821 en Historia Visual de la Argentina, Capítulo 42 - “La Guerra contra el Brasil”, Clarín, Buenos Aires, 1998.

Historia Visual de la Argentina, Capítulo 42 - “La Guerra contra el Brasil”, Clarín, Buenos Aires, 1998.LOBATO, MIRTA, SURIANO, JUAN, “Nueva Historia Argentina”, Atlas Histórico, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1998.

TERNAVASIO, MARCELA, “Las Reformas rivadavianas en Buenos Aires y el Congreso General Constituyente (1820-1827)”, en GOLDMAN, NOEMÍ (Cdra.), “Nueva Historia Argentina”, Tomo III – Revolución, república, Confederación (1806-1852), Capítulo V, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1998.

sábado, 30 de enero de 2010

POR QUÉ LEER A LOS CLÁSICOS
-Italo Calvino-


Por qué leer los clásicos, Barcelona, Tusquets (Marginales, 122), 1993


Empecemos proponiendo algunas definiciones.

I. Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: «Estoy releyendo...» y nunca «Estoy leyendo ...».
Es lo que ocurre por lo menos entre esas personas que se supone «de
vastas lecturas»; no vale para la juventud, edad en la que el encuentro
con el mundo, y con los clásicos como parte del mundo, vale
exactamente como primer encuentro.
El prefijo iterativo delante del verbo «leer» puede ser una pequeña
hipocresía de todos los que se avergüenzan de admitir que no han leído
un libro famoso. Para tranquilizarlos bastará señalar que por vastas
que puedan ser las lecturas «de formación» de un individuo, siempre
queda un número enorme de obras fundamentales que uno no ha leído.

Quien haya leído todo Heródoto y todo Tucídides que levante la mano.
¿Y Saint-Simon? ¿Y el cardenal de Retz? Pero los grandes ciclos
novelescos del siglo XIX son también más nombrados que leídos. En
Francia se empieza a leer a Balzac en la escuela, y por la cantidad de
ediciones en circulación se diría que se sigue leyendo después, pero en
Italia, si se hiciera un sondeo, me temo que Balzac ocuparía los últimos
lugares. Los apasionados de Dickens en Italia son una minoría
reducida de personas que cuando se encuentran empiezan en seguida a
recordar personajes y episodios como si se tratara de gentes conocidas.
Hace unos años Michel Butor, que enseñaba en Estados Unidos,
cansado de que le preguntaran por Emile Zola, a quien nunca había
leído, se decidió a leer todo el ciclo de los Rougon-Macquart. Descubrió
que era completamente diferente de lo que creía: una fabulosa
genealogía mitológica y cosmogónica que describió en un hermosísimo
ensayo.

Esto para decir que leer por primera vez un gran libro en la edad
madura es un placer extraordinario: diferente (pero no se puede decir
que sea mayor o menor) que el de haberlo leído en la juventud. La
juventud comunica a la lectura, como a cualquier otra experiencia, un
sabor particular y una particular importancia, mientras que en la
madurez se aprecian (deberían apreciarse) muchos detalles, niveles y
significados más.

Podemos intentar ahora esta otra definición:
II. Se llama clásicos a los libros que constituyen una riqueza para quien los ha leído y amado, pero que constituyen una riqueza no menor para quien se reserva la suerte de leerlos por primera vez en las mejores condiciones para saborearlos.
En realidad, las lecturas de juventud pueden ser poco provechosas por
impaciencia, distracción, inexperiencia en cuanto a las instrucciones de
uso, inexperiencia de la vida. Pueden ser (tal vez al mismo tiempo)
formativas en el sentido de que dan una forma a la experiencia futura,
proporcionando modelos, contenidos, términos de comparación,
esquemas de clasificación, escalas de valores, paradigmas de belleza:
cosas todas ellas que siguen actuando, aunque del libro leído en la
juventud poco o nada se recuerde. Al releerlo en la edad madura,
sucede que vuelven a encontrarse esas constantes que ahora forman
parte de nuestros mecanismos internos y cuyo origen habíamos
olvidado.

Hay en la obra una fuerza especial que consigue hacerse
olvidar como tal, pero que deja su simiente. La definición que podemos
dar será entonces:
III. Los clásicos son libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual.
Por eso en la vida adulta debería haber un tiempo dedicado a repetir las
lecturas más importantes de la juventud. Si los libros siguen siendo los
mismos (aunque también ellos cambian a la luz de una perspectiva
histórica que se ha transformado), sin duda nosotros hemos cambiado
y el encuentro es un acontecimiento totalmente nuevo.

Por lo tanto, que se use el verbo «leer» o el verbo «releer» no tiene mucha
importancia. En realidad podríamos decir:
IV. Toda relectura de un clásico es una lectura de descubrimiento como la
primera.

V. Toda lectura de un clásico es en realidad una relectura.

La definición 4 puede considerarse corolario de ésta:
VI. Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir.

Mientras, que la definición 5 remite a una formulación más explicativa,
como:
VII. Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o más sencillamente, en el lenguaje o en las costumbres).
Esto vale tanto para los clásicos antiguos como para los modernos. Si
leo la Odisea leo el texto de Homero, pero no puedo olvidar todo lo que
las aventuras de Ulises han llegado a significar a través de los siglos, y
no puedo dejar de preguntarme si esos significados estaban implícitos
en el texto o si son incrustaciones o deformaciones o dilataciones.
Leyendo a Kafka no puedo menos que comprobar o rechazar la
legitimidad del adjetivo «kafkiano» que escuchamos cada cuarto de hora
aplicado a tuertas o a derechas. Si leo Padres e hijos de Turguéniev o
Demonios de Dostoyevski, no puedo menos que pensar cómo esos
personajes han seguido reencarnándose hasta nuestros días.
La lectura de un clásico debe depararnos cierta sorpresa en relación
con la imagen que de él teníamos. Por eso nunca se recomendará
bastante la lectura directa de los textos originales evitando en lo posible
bibliografía crítica, comentarios, interpretaciones. La escuela y la
universidad deberían servir para hacernos entender que ningún libro
que hable de un libro dice más que el libro en cuestión; en cambio
hacen todo lo posible para que se crea lo contrario.

Por una inversión de valores muy difundida, la introducción, el aparato crítico, la bibliografía hacen las veces de una cortina de humo para esconder lo que el texto tiene que decir y que sólo puede decir si se lo deja hablar sin intermediarios que pretendan saber más que él. Podemos concluir que:
VIII. Un clásico es una obra que suscita un incesante polvillo de discursos
críticos, pero que la obra se sacude continuamente de encima.
El clásico no nos enseña necesariamente algo que no sabíamos; a veces
descubrimos en él algo que siempre habíamos sabido (o creído saber)
pero no sabíamos. que él había sido el primero en decirlo (o se relaciona
con él de una manera especial). Y ésta es también una sorpresa que da
mucha satisfacción, como la da siempre el descubrimiento de un
origen, de una relación, de una pertenencia.

De todo esto podríamos hacer derivar una definición del tipo siguiente:
IX. Los clásicos son libros que cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad.
Naturalmente, esto ocurre cuando un clásico funciona como tal, esto
es, cuando establece una relación personal con quien lo lee. Si no salta
la chispa, no hay nada que hacer: no se leen los clásicos por deber o
por respeto, sino sólo por amor. Salvo en la escuela: la escuela debe
hacerte conocer bien o mal cierto número de clásicos entre los cuales (o
con referencia a los cuales) podrás reconocer después «tus» clásicos. La
escuela está obligada a darte instrumentos para efectuar una elección;
pero las elecciones que cuentan son las que ocurren fuera o después de
cualquier escuela.
Sólo en las lecturas desinteresadas puede suceder que te tropieces con
el libro que llegará a ser tu libro. Conozco a un excelente historiador del
arte. Hombre de vastísimas lecturas, que entre todos los libros ha
concentrado su predilección más honda en Las aventuras de Pickwick,
y con cualquier pretexto cita frases del libro de Dickens, y cada hecho
de la vida lo asocia con episodios Pickwickianos. Poco a poco él mismo,
el universo, la verdadera filosofía han adoptado la forma de Las
aventuras de Pickwick en una identificación absoluta.

Llegamos por este camino a una idea de clásico muy alta y exigente:
X. Llámase clásico a un libro que se configura como equivalente del universo, a semejanza de los antiguos talismanes.
Con esta definición nos acercamos a la idea del libro total, como lo
soñaba Mallarmé.
Pero un clásico puede establecer una relación igualmente fuerte de
oposición, de antítesis. Todo lo que Jean-Jacques Rousseau piensa y
hace me interesa mucho, pero todo me inspira un deseo incoercible de
contradecirlo, de criticarlo, de discutir con él. Incide en ello una
antipatía personal en el plano temperamental, pero en ese sentido me
bastaría con no leerlo, y en cambio no puedo menos que considerarlo
entre mis autores.

Diré por tanto:
XI. Tu clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para
definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él.
Creo que no necesito justificarme si empleo el término «clásico» sin
hacer distingos de antigüedad, de estilo, de autoridad.

Lo que para mí distingue al clásico es tal vez sólo un efecto de resonancia que vale tanto para una obra antigua como para una moderna pero ya ubicada en una continuidad cultural. Podríamos decir:
XII. Un clásico es un libro que está antes que otros clásicos; pero quien haya leído primero los otros y después lee aquél, reconoce en seguida su lugar en la genealogía.
Al llegar a este punto no puedo seguir aplazando el problema decisivo
que es el de cómo relacionar la lectura de los clásicos con todas las
otras lecturas que no son de clásicos. Problema que va unido a
preguntas como: «Por qué leer los clásicos en vez de concentrarse en
lecturas que nos hagan entender más a fondo nuestro tiempo?» y
«¿Dónde encontrar el tiempo y la disponibilidad de la mente para leer
los clásicos, excedidos como estamos por el alud de papel impreso de la
actualidad?».

Claro que se puede imaginar una persona afortunada que dedique
exclusivamente el «tiempo-lectura» de sus días a leer a Lucrecio,
Luciano, Montaigne, Erasmo, Quevedo, Marlowe, el Discurso del
método, el Wilhelm Meister, Coleridge, Ruskin, Proust y Valéry, con
alguna divagación en dirección a Murasaki o las sagas islandesas. Todo
esto sin tener hacer reseñas de la última reedición, ni publicaciones
para unas oposiciones, ni trabajos editoriales con contrato de
vencimiento inminente. Para mantener su dieta sin ninguna
contaminación, esa afortunada persona tendría que abstenerse de leer
los periódicos, no dejarse tentar jamás por la última novela o la última
encuesta sociológica. Habría que ver hasta qué punto sería justo y
provechoso semejante rigorismo. La actualidad puede ser trivial y
mortificante, pero sin embargo es siempre el punto donde hemos de
situarnos para mirar hacia adelante o hacia atrás. Para poder leer los
libros clásicos hay que establecer desde dónde se los lee. De lo
contrario tanto el libro como el lector se pierden en una nube
intemporal. Así pues, el máximo «rendimiento» de la lectura de los
clásicos lo obtiene quien sabe alternarla con una sabia dosificación de
la lectura de actualidad. Y esto no presupone necesariamente una
equilibrada calma interior: puede ser también el fruto de un
nerviosismo impaciente, de una irritada insatisfacción. Tal vez el ideal
sería oír la actualidad como el rumor que nos llega por la ventana y nos
indica los atascos del tráfico y las perturbaciones meteorológicas,
mientras seguimos el discurrir de los clásicos, que suena claro y
articulado en la habilitación.

Pero ya es mucho que para los más la presencia de los clásicos se advierta como un retumbo lejano, fuera de la habitación invadida tanto por la actualidad como por la televisión a todo volumen. Añadamos por lo tanto:
XIII. Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo.
XIV. Es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la
actualidad más incompatible se impone.

Queda el hecho de que leer los clásicos parece estar en contradicción con nuestro ritmo de vida, que no conoce los tiempos largos, la respiración del otium humanístico, y también en contradicción con el eclecticismo de nuestra cultura, que nunca sabría confeccionar un catálogo de los clásicos que convenga a nuestra situación.
Estas eran las condiciones que se presentaron plenamente para Leopardi, dada su vida en la casa paterna, el culto de la Antigüedad griega y latina y la formidable biblioteca que le había legado el padre Monaldo, con el anexo de toda la literatura italiana, más la francesa, con exclusión de las novelas y en general de las novedades editoriales, relegadas al margen, en el mejor de los casos, para confortación de su hermana («tu Stendhal», le escribía a Paolina).

Sus vivísimas curiosidades científicas e históricas, Giacomo las satisfacía también con textos que nunca eran demasiado up to date: las costumbres de los pájaros en Buffon, las momias de Frederick Ruysch en Fontenelle, el viaje de Colón en Robertson.
Hoy una educación clásica como la del joven Leopardi es impensable, y la biblioteca del conde Monaldo, sobre todo, ha estallado. Los viejos títulos han sido diezmados pero los novísimos se han multiplicado proliferando en todas las literaturas y culturas modernas. No queda más que inventarse cada uno una biblioteca ideal de sus clásicos; y yo diría que esa biblioteca debería comprender por partes iguales los libros que hemos leído y que han contado para nosotros y los libros que nos proponemos leer y presuponemos que van a contar para nosotros. Dejando una sección vacía para las sorpresas, los descubrimientos ocasionales.
Compruebo que Leopardi es el único nombre de la literatura italiana que he citado. Efecto de la explosión de la biblioteca. Ahora debería reescribir todo el artículo para que resultara bien claro que los clásicos sirven para entender quiénes somos y adónde hemos llegado, y por eso los italianos son indispensables justamente para confrontarlos con los extranjeros, y los extranjeros son indispensables justamente para confrontarlos con los italianos.
Después tendría que reescribirlo una vez más para que no se crea que los clásicos se han de leer porque («sirven» para algo. La única razón que se puede aducir es que leer los clásicos
Y si alguien objeta que no vale la pena tanto esfuerzo, citaré a Cioran (que no es un clásico, al menos de momento, sino un pensador contemporáneo que sólo ahora se empieza a traducir en Italia): «Mientras le preparaban la cicuta, Sócrates aprendía un aria para flauta. "¿De qué te va a servir?", le preguntaron. "Para saberla antes de morir"».

martes, 3 de noviembre de 2009

A no equivocarse...


"...Odio la p...Oligarquía...", "...Soy comunista como el Che...", "...Vivimos en un país en Democracia...", "...Nunca más a la Dictadura...", son frases o ideas que nos remiten a distintas posturas políticas que tuvieron lugar a lo largo de la Historia, y que todavía siguen teniendo su eco. ¿Pero sabemos realmente a qué nos referimos cuando las enunciamos? Creemos que no. Ahí les va una pequeña ayuda para saber un poco mejor, dónde estamos realmente parados...


Liberalismo: doctrinario económico, político y hasta filosófico que aboga como premisa principal por el desarrollo de la libertad personal individual y, a partir de ésta, por el progreso de la sociedad. Hoy en día se considera que el objetivo político del neoliberalismo es la democracia, pero en el pasado muchos liberales consideraban este sistema de gobierno como algo poco saludable por alentar la participación de las masas en la vida política.

Democracia: (del griego, demos, ‘pueblo’ y kratein, ‘gobernar’), sistema político por el que el pueblo de un Estado ejerce su soberanía mediante cualquier forma de gobierno que haya decidido establecer. En las democracias modernas, la autoridad suprema la ejercen en su mayor parte los representantes elegidos por sufragio popular en reconocimiento de la soberanía nacional.

Radicalismo: miembros de un movimiento que defiende el cambio extremo de instituciones sociales y políticas.

Socialismo: término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento evolucionó y creció, el concepto de socialismo fue adquiriendo diversos significados en función del lugar y la época donde arraigara.

Comunismo: ideología política cuya principal aspiración es la consecución de una sociedad en la que los principales recursos y medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos. En teoría, estas sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función de la habilidad, y de todos los beneficios en función de las necesidades. Algunos de los conceptos de la sociedad comunista suponen que, en último término, no se necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo tanto, la sociedad comunista no tendría por qué tener legisladores. Sin embargo, hasta alcanzar este último estadio, el comunismo debe luchar, por medio de la revolución, para lograr la abolición de la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las necesidades públicas recae, pues, en el Estado.

Capitalismo: sistema económico en el que los individuos privados y las empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los mercados.

Aristocracia: (del griego, aristos, 'mejor' y kratos, 'poder'), forma de gobierno en la que el poder soberano es conferido a un número reducido de ciudadanos que, teóricamente, son los más cualificados para gobernar, en oposición a la monarquía, en la que la autoridad suprema recae en una sola persona, y a la democracia, donde la máxima autoridad es ejercida por el conjunto de los ciudadanos o por sus representantes. En una aristocracia, aunque el poder se concentra en unos pocos, teóricamente, la administración del Gobierno procura el bienestar de la mayoría.

Anarquismo: doctrina política que se opone a cualquier clase de jerarquía, tanto si se ha consolidado por la tradición o el consenso como si se ha impuesto de forma coactiva. Los anarquistas creen que el mayor logro de la humanidad es la libertad del individuo para poder expresarse y actuar sin que se lo impida ninguna forma de poder, sea terrena o sobrenatural, por lo que es básico abatir todo tipo de gobierno, luchar contra toda religión o secta organizada, en cuanto que éstas representan el desprecio por la autonomía de los hombres y la esclavitud económica. Combatir al Estado como entidad que reprime la auténtica libertad económica y personal de todos los ciudadanos se convierte en una necesidad inmediata y la desaparición del Estado se considera un objetivo revolucionario a corto plazo. La doctrina anarquista impone para su acción una sola limitación: la prohibición de causar perjuicio a otros seres humanos, y de esta limitación nace otro presupuesto ideológico básico: si cualquier humano intenta hacer daño a otros, todos los individuos bienintencionados tienen derecho a organizarse contra él.

Teocracia: (del griego theokratia, ‘gobierno por un dios’), tipo de constitución o gobierno de un Estado que considera a Dios como único soberano y las leyes del reino como órdenes divinas.
Oligarquía, en ciencia política, forma de gobierno en que el poder supremo está en manos de unas pocas personas. Los escritores políticos de la antigua Grecia emplearon el término para designar la forma degenerada de aristocracia, (literalmente, gobierno de los mejores). En una oligarquía, el gobierno está controlado por una facción que actúa según su propio interés sin tener en cuenta el bienestar del pueblo.


Autoritarismo: (en ciencia política) sistema de Gobierno e ideología donde todas las actividades sociales, políticas, económicas, intelectuales, culturales y espirituales se hallan supeditadas a los fines de los dirigentes y de la ideología inspiradora del Estado. Varias características importantes distinguen el autoritarismo —que es una forma de autocracia propia del siglo XX—, de otras formas anteriores, como el despotismo, el absolutismo y la tiranía.
Despotismo, forma de gobierno donde el gobernante absoluto, no está sujeto a ninguna restricción ni a procedimiento legal o constitucional alguno. En su uso actual, la palabra tiene connotaciones de políticas crueles y opresivas, pero en el uso original griego significaba el señor de una casa, por lo tanto el amo de esclavos, y significaba, en resumen, el dueño de un poder ilimitado, como en el caso de un gobernador provincial.

Absolutismo: sistema político en el que se confiere todo el poder a un solo individuo o a un grupo. Hoy el término se asocia casi en exclusiva con el gobierno de un dictador. Se considera el polo opuesto al gobierno constitucional de sistemas democráticos. El absolutismo se diferencia de éstos en el poder ilimitado que reivindica el autócrata, en contraste con las limitaciones constitucionales impuestas a los jefes de Estado de los países democráticos.
Monarquía, forma del Estado en la que una persona tiene derecho a reinar como cabeza del mismo, en general por vía hereditaria, con carácter vitalicio. El poder del rey puede ser absoluto o estar muy limitado, como es usual en las monarquías actuales sometidas a regulación constitucional en la mayoría de los casos. El nombre con que gobiernan varía según las zonas y la estructura jurídica de su gobierno (reyes y reinas, emperadores y emperatrices, zares y káiseres).

Dictadura: sistema de gobierno cuya primera definición fue dada por el filósofo griego Aristóteles, que la calificó como una de las formas puras de gobierno, junto con la monarquía y la aristocracia, en oposición a la impura demagogia.
En la actualidad, la dictadura es una modalidad de gobierno que, invocando un pretendido interés público, identificado en la realidad con intereses de grupo, prescinde, para conseguirlo, de la voluntad de los gobernados. Es un poder ejercido por una persona o grupo al margen o por encima de las leyes, sin sometimiento a fiscalización ni control democrático alguno. La dictadura excluye u obvia, cuando no la elimina, una división de los poderes del Estado —legislativo, ejecutivo y judicial —, implicando la restricción o supresión de las libertades de expresión, reunión y asociación. Por regla general, viene impuesta mediante golpes de Estado militares respaldados a su vez por sectores civiles que profesan una ideología concreta, con aspiraciones hegemónicas y programas autoritarios, en particular en situaciones de crisis económicas o políticas.

Una prioridad en la agenda Política Argentina

Una prioridad en la agenda Política Argentina
El reclamo sobre las Malvinas no cesa

CUADRO DE REINADOS Y DINASTÍAS - Edad Moderna

Queridos alumnos: estoy subiendo al Blog el cuadro de Reinados y Dinastías que les va a permitir entender quién reinaba al mismo tiempo en los distintos estados durante la Edad Moderna.
Espero les sirva y lo aprovechen...

REVOLUCIÓN FRANCESA - Presentación

Queridos alumnos y alumnas: acá tienen a su disposición el archivo la Presentación de la Revolución Francesa que estaré usando en clases en estos últimos días.
Espero les sirva y lo puedan ver, para comprender mejor el proceso.
Éxitos!!!

Documental "Andresito": ¿Quién fue?